Salir del clóset: tips para padres e hijos

A medida que los niños y adolescentes van descubriendo las particularidades de su sexualidad, es probable que teman hablar con sus padres sobre las inquietudes que tienen respecto a ciertas situaciones y sensaciones que van experimentando. Para aquellos que en medio de esos procesos se percatan de que su identificación sexual no se corresponde con la “norma” heterosexual, albergan mayores dudas respecto a lo que están sintiendo e incluso, en oportunidades, temen por su futuro.
Confesar una identidad no-heterosexual bajo lo que se entiende como “salir del clóset” (o coming out) es aún un proceso difícil y complicado. En algunos países sigue siendo peligroso o incluso letal. Por mucho que la sociedad sea más abierta respecto a estos temas, y considerando que cada vez se sumen más países para reconocer los derechos de la comunidad LGBT, ser gay, lesbiana, bi o transgénero todavía representa un conflicto para algunas familias. Si tenemos en cuenta que algunos han crecido en familias conservadoras donde su entorno habla de forma reprobatoria o burlesca sobre prácticas sexuales distintas a la heterosexual, ¿cómo se sentirá un joven o adolescente ante la perspectiva de declarar abiertamente su sexualidad? Ser descubierto por sus seres cercanos, y de quienes se supone debería obtener el principal apoyo, se transforma para muchos jóvenes en un escenario aterrador que prefieren evitar tanto como sea posible.
Los prejuicios culturales de carácter moral o religioso y las falsas creencias en torno a los llamados “estilos de vida” de la comunidad LGBT, siguen siendo un lastre que entorpecen la aceptación de las personas independientemente de su orientación o identidad sexual. De cualquier manera no perdamos de vista dos afirmaciones fundamentales a la hora de tratar este tema: 1) alguien que se identifica sexualmente como gay, lesbiana o bisexual sigue siendo una persona normal y 2) Es algo natural con lo que se nace, del mismo modo en que se nace siendo heterosexual.
Por lo tanto no es una moda, ni tampoco es un problema psiquiátrico, ni mucho menos una abominación. Se trata simplemente de una diferencia en la manera de relacionarse sexualmente en la intimidad. No existen conductas o estilos de vida que se correspondan exclusivamente con estas formas de reconocer y asumir la sexualidad. Es solo una característica más entre las muchas que nos componen como seres particulares, con una amplia gama de diferencias y similitudes en relación a otros.
En el ámbito familiar es comprensible que algunos padres tengan conflictos ante la revelación de que un hijo sea gay o bisexual, aunque no se justifica ningún maltrato o rechazo como respuesta. Lo que si tiene sentido es cuando un padre siente miedo e inseguridad por no poder proteger a sus hijos en un mundo que no siempre será amable con lo diferente. Tampoco se puede negar que al principio muchos progenitores sobrellevan dudas o sentimientos de culpa en relación a esa confesión. Lo que deben comprender con el tiempo es que no hay nada por lo cual deban sentirse culpable.
Sus hijos siguen siendo los mismos, más allá de su orientación sexual. Y como tal merecen el amor, apoyo y respeto incondicional que espera de su familia.
Asumir abiertamente una identidad sexual es un acto de valentía y los hijos agradecerán contar con el apoyo de sus padres por algo que es natural en ellos.
Pia Battaglia
Tengan en cuenta que sin ese apoyo igual seguirán siendo lo que son, pero sintiéndose infelices y creyendo que se ha roto la confianza que existía antes de manifestar su verdad.
Salir del clóset es un proceso difícil para un individuo. Un chico o una chica heterosexual nunca sabrá lo que se siente tener que explicarle a sus seres queridos algo tan íntimo y personal. En cambio los jóvenes LGBT se sienten obligados a darle a su familia una explicación sobre su sexualidad en algún punto de sus vidas. Cuando un joven se siente preparado para contárselo a su entorno inmediato es porque ya ha librado sus propias luchas internas en el camino del autoconocimiento y de la autoceptación. Por lo tanto, tal declaración no es para pedir opiniones ni mucho menos atender peticiones de reconsiderar algo que forma parte de su naturaleza.
Ser gay, lesbiana o bisexual no es algo que se pueda cambiar. La única elección real sería estar dentro o fuera del clóset. La vida dentro del clóset solo es infeliz y llena de mentiras que traerán mayores sufrimientos para la persona, así como también para su entorno. Padres e hijos viven un momento crucial cuando sucede esta conversación respecto a la sexualidad y es fundamental que ambas partes desarrollen óptimas herramientas de comunicación para hacerla más llevadera.
Los casos de niños y adolescentes gays que se suicidan por el rechazo de sus padres o por el bullying de un entorno hostil nos advierten que debemos ser más compasivos, aún en esos casos cuando no comprendemos a alguien por ser diferente a lo que se considera “acostumbrado”. Los padres deberían ser los primeros aliados para estar al lado de sus hijos mientras estos van descubriendo y explorando su sexualidad.
En sexontológico reconocemos la importancia de las palabras y el impacto que tienen en un individuo. Una conversación honesta distinguida por la comprensión y el respeto será clave para que una familia pase con éxito la prueba de aceptación tras el coming out de un miembro de la familia. A su vez, es fundamental fortalecer la educación y desaprender las creencias arcaicas sustentadas en prejuicios. No hay nada malo, erróneo o pecaminoso en tener una forma distinta de vivir la sexualidad. Por lo tanto recopilamos aquí algunos tips de interés tanto para padres como para hijos que se encuentren pasando por el complejo proceso de “salir del clóset”.

Tips para padres:
Sé un buen oyente
En este caso tu hijo o hija es el protagonista de la conversación. Deja que se desahogue libremente antes de emitir algún comentario. Como en toda buena comunicación el hablante confía en estar recibiendo toda la atención que merece. El lenguaje corporal es significativo. No le apartes la mirada y trata de mantener una expresión neutra.
Evita comentarios hirientes y no vuelvas la conversación sobre ti
Es tu hijo quien está hablando sobre sus propios sentimientos y experiencias, dándote la confianza de conocer una parte de sí mismo muy íntima sobre la cual quizá todavía experimenta culpa o vergüenza. No le recrimines su preferencia sexual como si fuera una falta o una desobediencia. Tampoco lo tomes como una afrenta en tu contra, ni comiences a señalar lo que esperabas y querías como padre. Antes de hablar reflexiona mentalmente si tus palabras manifiestan apoyo y respeto. De lo contrario es mejor quedarse en silencio todo el tiempo que haga falta, hasta que te sientas preparado para decir algo razonable.
No trates de entenderlo en comparación con tus experiencias o las de otras personas
Puede que al principio te cueste aceptar que tu hijo no sea del modo en que siempre has creído que era (o como querías que fuera). Sin embargo, la conversación que tienen no es para buscar recomendaciones o soluciones. Ser gay no es un defecto que se corrige. Si alguno de tus hijos está hablando sobre su sexualidad es porque ya la asume como suya. No pongas ejemplos sobre supuestos casos exitosos donde un momento de duda sobre la sexualidad fue un instante pasajero. La orientación sexual no es una narrativa cambiante. En cualquier caso será tu hijo quien deba descubrir por sí mismo como manifestará su sexualidad.
No perdones, ni pidas perdón
La orientación e identidad sexual de tus hijos no es algo sobre lo cual debas sentirte culpable si no resulta ser heterosexual. Esto no es así por algo que hayas hecho o dejado de hacer como padre Esto no ocurre porque tus hijos hayan tomado una “decisión”. Tu hijo o hija nació de esa manera y eso está bien. No hay nada que reprocharle a nadie. Los únicos que merecen una reprimenda serían aquellos que atentan contra una persona por no ser heterosexual. Si como padre has actuado de modo intolerante y entorpecido su proceso de aceptación, entonces si tiene cabida la culpa y necesidad de perdón.
Estudia, documéntate y busca ayuda profesional
Mejora tu proceso de aceptación e incluso orientación de tu hijo buscando información sobre el tema. La ignorancia en el campo de la sexualidad no es algo de lo que debamos avergonzarnos y su único remedio es estar dispuesto a aprender. El apoyo psicológico pueden ser útil para ti. No obstante, no le sugieras a tu hijo que debe buscar ayuda psiquiátrica porque no hay nada mal en su interior debido a su sexualidad. La terapia en todo caso es para ayudarte a ti como padre a aceptar lo que no comprendes.
Conviértete en un aliado para tu hijo y para otros
Necesitamos un mundo más respetuoso y amoroso con los miembros de la comunidad LGBT, sobre todo cuando se trata de niños y adolescentes. Sin importar tu orientación sexual es una lucha justa por y para todos. Las personas gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros merecen el cumplimiento de sus derechos humanos básicos. Mientras más padres heterosexuales promuevan y apoyen estas luchas de reivindicación se le dará un mejor ejemplo a quienes en el futuro pasen por experiencias similares.

Tips para hijos:
Organiza mentalmente tus ideas y domina la conversación
No hay una manera exacta de como entrar de lleno en el asunto. Simplemente tienes claro que quieres comunicarle a tus padres un tema muy personal relativo a tu sexualidad. Se trata de tu historia y eres quien mejor puede contarla. Mientras más directo y franco seas en tu exposición, te sentirás menos nervioso. La verdad puede ser difícil de contar, pero siempre te dará la satisfacción de ser fiel a ti mismo.
Sé paciente y comprensivo con las reacciones de tus padres
Algunos padres se lo toman con más calma y manifiestan su apoyo inmediato. Otros se sienten mal e incluso reaccionan con violencia. En este caso particular no eres el culpable de nada. Ponte en el lugar de ellos y comprende que debido a su crianza o forma de ver la vida les costará aceptar la idea de que tienes una orientación sexual distinta a la comúnmente “esperada”. Eso sí, cualquier conducta violenta en contra de tu integridad física o emocional es inaceptable.
Busca apoyo, consejo y resguardo de otras personas si hace falta
Lamentablemente en algunas situaciones el apoyo familiar no es la respuesta incondicional que mereces. Si has planeado tener esta conversación con tus padres en un momento dado busca el consejo de otras personas que hayan vivido experiencias similares. Si tienes algún familiar o amigo que sepa sobre tu situación mantenlo al tanto de los acontecimientos y solicita su ayuda si la requieres. Para lidiar con los procesos emocionales derivados de esa experiencia siempre puedes buscar ayuda profesional en forma de terapia o asesoramiento.
Toma las riendas de tu vida con responsabilidad y siéntete orgulloso de quien eres
En nada cambia lo que has sido y lo que serás como ser humano, ni tampoco dejarás de ser el hijo de tus padres. Tu vida te pertenece y es justo para ti que vivas en coherencia con tus verdades. Disfruta de tu sexualidad sin avergonzarte de quien eres.
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