¿Qué representan las redes para ti?

Hace unos días leí a 4 de mis influencers preferidos, cada uno dedicado a áreas totalmente distintas, haciendo comentarios acerca de este mundo del que pocos no participan: las redes sociales.
Mi bella amiga Samar de @soysaludable le respondía un comentario a una seguidora, quien con un tono agresivo y hasta amenazante, le criticaba diciendo qué debía o no hacer. Por otro lado, @nutrillermo hizo una reflexión sobre cómo estamos usando las redes y nos pedía quedarnos con lo mejor de ellas, valorando la oportunidad que nos brindan de contactarnos con cualquier persona alrededor del mundo. Por su parte @bevione nos aupaba a no compararnos con otros, para terminar de creer que somos suficientes y merecedores de todo lo que nuestra alma nos muestre como destino. En otro post nos invitaba a sopesar las diferencias entre lo público, lo privado y lo íntimo. Por último, @danielhabif, tras ser criticado por el uso de unos pantalones con un diseño particular, pedía a sus seguidores volver a Dios, hacer la palabra de Dios y alejarse de la necesidad de “multar” en las redes a aquellos que piensan o hacen algo diferente a lo que se cree es lo adecuado.
Me permito dar mi opinión acerca de este tema, pero esta vez relacionada con la sexualidad y las relaciones de parejas. Muchas veces nos vemos sobrepasados por lo que consumimos, olvidando que el contenido de las redes está deliberadamente seleccionado y editado, por lo que no muestra la realidad con todos sus matices.

Nos exponemos como queremos que nos vean. Y esto vale también para la sexualidad y las relaciones de pareja. Vemos mucho contenido al respecto en las redes sociales y creemos saber cómo la viven los demás, lo que nos lleva a comparar nuestra propia realidad con la que pensamos es la de otros. Tendemos a tomar como referentes a los “famosos” o “exitosos”, nos alegramos de sus logros y a veces queremos emularlos, sin tomar en cuenta que sus mensajes están muy alejados de lo que en verdad viven, lo cual sigue siendo desconocido para nosotros.
Inevitablemente, hoy en día nuestra sexualidad se ve influida por lo que consumimos en ese mundo infinito que es internet, así como a lo largo de la historia ha sido determinada por la religión, la cultura, las normas sociales, los prejuicios, la desinformación, etc… Sin embargo, construir nuestra vida sexual y de pareja a partir de la comparación con otros es un error, más si tomamos como modelo una fantasía.
Ante ese mundo virtual del que hoy somos parte y que nos muestra infinidad de contenidos y puntos de vista sobre un mismo tema, está nuestro Ser interior, nuestra individualidad, y la capacidad que tenemos de “hacer con nuestra piel” que es, al fin y al cabo, la que de verdad siente y no nos miente.
En mi consulta de asesoramiento oigo a muchísimas parejas quejarse de que en su lecho duerme ahora un tercero, refiriéndose a ese mundo de redes que los aleja del contacto natural… En pareja o individualmente les invito hoy a no regalar todo su tiempo a aquello, que como dije en un inicio, no es necesariamente la realidad. A ellos y a todos siempre les recomiendo:
- Cuestionemos sin cesar lo que vemos, leemos u oímos, para no dejarnos llevar sin nuestro propio control. Seamos conscientes de lo que consumimos y disfrutémoslo con sentido crítico.
- Limitemos el tiempo que pasamos sumidos en las redes sociales. Volvamos a estar con nosotros en silencio, oyendo música, leyendo un buen libro, o simplemente disfrutando del aire libre o meditando. En pareja, usemos suficiente tiempo tocarnos, besarnos, para compartir emociones y pensamientos, tanto aquellos que unen, como los que causan lejanía, para negociar y fortalecer el vínculo.
- No mostremos en las redes aquello que no nos haga sentir cómodos. La intimidad es invaluable y nunca debemos transgredirla o violarla a cambio de unos cuantos “likes” cibernéticos. Tomemos el reto de exponernos en la medida perfecta para nosotros, esa que nos haga sentir cómodos.
- Como usuarios de redes sociales, no tomemos los comentarios de forma personal, habrá a quien le guste nuestro contenido y a quien no. Quienes insisten en hacer comentarios malsanos, burlarse o criticar sin cesar, suelen estar necesitados de la atención que les proporciona esa ventana inundada de información que es Internet, la cual muchas veces ahoga su propio sentir.
Las redes son maravillosas, me suman y te suman en muchísimos ámbitos de la vida… pero recuerda ¡Que seas tú quien las maneja y no las redes a ti!