Proyecto de vida y el tiempo

El tiempo y la Sexontología parte 2
¿Cuál es la única constante que permanece a lo largo del tiempo que dure nuestra vida?
Lo más valioso que tenemos durante todo el tiempo que nos toque vivir es a nosotros mismos.
A cualquier edad somos el proyecto más importante y nuestro ser más amado.
Pia Battaglia
Por ello, eres la inversión más sensata en la cual poner tu tiempo. Esto no significa que vivamos la vida de manera meramente hedonista. Lejos del ego se encuentra la responsabilidad de distribuir el tiempo en las actividades que realmente nos suman. Estas son más o menos distintas para cada quien: formarnos intelectualmente, compartir con los seres amados y con los amigos, practicar el autocuidado, querernos, divertirnos, practicar un hobby, viajar, leer, hacer ejercicio, etc.
Ser responsables con nosotros mismos desde el amor no quiere decir cumplir todos nuestros caprichos instantáneamente, sino emprender aquello que nos hará bien ahora y en el futuro. También incluye perdonarnos por situaciones que no hayan salido de la manera esperada en el pasado. Esto es un trabajo de todos los días, porque perdonarnos muchas veces está ligado a perdonar a nuestros seres amados y a cultivar relaciones más sanas.
Una de las relaciones más importantes de la vida es la relación con los padres o figuras paternas, pues ellos nos acompañan desde la infancia, estén presentes hoy o no. De ellos aprendemos muchísimas cosas trascendentales, como lo que es el afecto y la forma de expresarlo. Por ello es importante y vale la pena dedicar tiempo a interiorizar las experiencias que vivimos junto a ellos en la infancia, tanto las positivas como las negativas; reconocerlas, agradecer y dejar pasar los rencores, pues esta relación originaria influye en la relación que tenemos con nosotros mismos, en cómo nos miramos, si somos capaces de perdonarnos o no. También incide en las relaciones de pareja y en la dinámica que establezcamos con un compañero o compañera de vida.
Tiempo de vida y la sexualidad
La sexualidad es un aspecto de la personalidad que debemos atender a través del tiempo.
Vivir el sexo de manera positiva genera armonía en nuestro Ser y contribuye a otras facetas del desarrollo personal.
Pia Battaglia
Pues eleva la autoestima, afianza vínculos afectivos, retroalimenta la intimidad necesaria en la vida en pareja y conlleva aprendizajes. Es relajante y divertido. Es una actividad que requiere tiempo para que sea realmente provechosa, en la que nos vamos conociendo y desarrollando destrezas a medida que la practicamos.
¿Cómo optimizar el tiempo para vivir la sexualidad al máximo?
No escatimes en dedicarte lo suficiente a conocer tu cuerpo, a conocer el cuerpo de tu pareja, a sentir la piel y a aprender sobre los diferentes gustos y maneras de dar y darte placer. Incentiva tu autoestima sexual y no des cabida más de lo necesario a las dudas sobre ti mismo y tus capacidades, para que puedas disfrutar de una sexualidad sana y feliz en cada etapa de la vida.
Diferencias en la sexualidad a lo largo de las distintas etapas de la vida.
El sexo se vive de manera distinta a través de los años. Una vez alcanzamos la madurez sexual por lo general empezamos a hacernos activos a través de la masturbación y, con el tiempo, vivimos los primeros encuentros sexuales. A medida que nos acercamos a la adultez estas experiencias y las primeras relaciones de pareja van reafirmando nuestra identidad como seres sexuados, sea cual sea nuestro género u orientación. Es tiempo de experimentar y de aprender a expresar la sexualidad de manera responsable y sana, cuidando no solo el cuerpo sino también las emociones.
Cuando somos adultos jóvenes estamos física y psicológicamente en nuestra plenitud sexual. Si somos solteros o pasamos algunos periodos sin pareja estable, aprovechemos este tiempo para conocer nuevas personas y para adquirir aprendizajes en el ámbito sexual, siempre respetándonos y respetando al compañero o compañera. El sexo, incluso cuando no se da dentro del marco de una relación comprometida, ni involucra sentimientos profundos, es un lugar para ampliar la visión que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, una oportunidad para arriesgarnos, descubrir distintas maneras de excitarnos y salir de nuestra zona de confort a través del goce.
Si tenemos una pareja o está en nuestro plan de vida llegar a tenerla, el sexo vale, además de como experiencia placentera, como reafirmación de esa unión. No dejemos de lado las actividades en pareja escudándonos en las ocupaciones, otorguemos la importancia que merecen la intimidad y el sexo en la cotidianeidad. Tengamos citas y encuentros románticos, juguemos coquetamente, la vida juntos es más divertida cuando nos descubrimos el uno al otro todos los días. No descuidemos la salud y apariencia personal, activemos nuestra sensualidad para el disfrute propio y de la pareja. Resolvamos nuestras diferencias a través de la comunicación y la negociación. Y, más que nada, no caigamos en la trampa de dar la relación por hecho ni posterguemos constantemente los encuentros sexuales. Aprovechemos nuestro cuerpo, pues la vitalidad y potencia sexual que hombres y mujeres tenemos en la juventud, va naturalmente disminuyendo una vez pasados los 50 o 55 años.
A partir de este momento comienza otra etapa en la que, principalmente debido a cambios biológicos y hormonales, somos menos activos sexualmente, por lo que los encuentros de esta naturaleza quizá se vuelven menos frecuentes. Las relaciones sexuales requieren más tiempo de juegos previos para poder llegar a niveles óptimos de excitación y llevarse a cabo satisfactoriamente. En las mujeres la disminución de la libido y la escasa o retardada lubricación vaginal en la fase de excitación, se presentan principalmente después de la menopausia. Algo similar ocurre con los caballeros. Se estima que el 52% de los hombres entre 40 y 70 años se ven afectados por algún grado de disfunción eréctil, esto es dificultad para alcanzar y mantener una erección durante la relación sexual.
Esto no quiere decir que llegada esta edad hombres y mujeres seamos incapaces de sentir atracción y deseo por nuestra pareja, tampoco que no podamos llegar al orgasmo ni que debamos dejar en el pasado la actividad sexual, sino que se vuelve necesario emplear la creatividad (echar mano de las fortalezas mentales) y ser pacientes con nosotros mismos, así como con el compañero o compañera. Es posible y gratificante continuar teniendo encuentros sexuales, incluso durante la vejez. Hay muchos recursos como lubricantes íntimos y juguetes que pueden utilizarse para aumentar las sensaciones y ayudar al cuerpo a responder sexualmente. Consulta a tu médico de confianza sobre alternativas seguras para disfrutar de tu vida sexual en los años dorados.
Durante cualquier periodo de la vida es fundamental prestar atención a nuestra salud y autoestima sexual, pues mientras más pronto se tomen acciones para resolver las dificultades, más fácil será el camino a la sanación. Sea cual sea tu edad, tienes derecho a gozar de tu sexualidad plenamente. Para esto se requiere paciencia, práctica, amor propio y, sobre todo, una actitud positiva y una mente abierta.