No eres mi otra mitad, somos dos seres relacionándonos en pareja mientras decidamos que es así como queremos vivir
¿Qué pasaría si pensaras en relación a tu pareja como el ser con el que te relacionas, aprendes, compartes y evolucionas en vez de en términos de bueno o malo, media naranja, esposo(a), o tu otra mitad?
Según Alejandro Jodorowsky ¨Estamos atraídos por personas que van a traernos los graves problemas que necesitamos para nuestra evolución ¨. Aunque nuestras parejas son, en gran medida, nuestros maestros escogidos, no creo que la vida en pareja o cualquier relación interpersonal debe asumirse con un estigma negativo. Sin embargo, es muy inocente partir del ideal de que dos seres en evolución y crecimiento coincidirán y estarán de acuerdo siempre. Para sobrellevar feliz y armónicamente una relación de pareja a largo plazo, se necesitan desarrollar habilidades y destrezas que nutran y sustenten la relación, aún en tiempos de sinsabores o diferencias.
Cada integrante de la pareja tiene su propia historia y los dos cuando se relacionan construyen su propia realidad y generan una en comunión también diferente. Sexontológicamente los siguientes tips que ofrezco pueden servir de base para crear y mantener una relación de pareja a largo plazo.
- Cuida tu lenguaje: actos lingüísticos como las afirmaciones, declaraciones, juicios, promesas y peticiones, entre otros, no son sólo una herramienta comunicacional y de descripción; son constructores de nuestra realidad, como dice Rafael Echeverría ya que actuamos con y a través de ellos. Suponer acerca de las intensiones del otro, dar rienda suelta a los pensamientos egocéntricos, pretender dar significado a las situaciones como si fueran la única realidad, creer que la incomunicación existe, enviar mensajes confusos o no chequear si el mismo fué comprendido, son algunos de los inconvenientes que se generan y aparecen al no usar habilidosamente los actos lingüísticos.
- Acepta las diferencias: pretender cambiar al otro además de ser una pretensión del ego, es también un error. Si partimos de la idea de que relacionarnos con lo mejor de cada quien aumenta la posibilidad de mantenernos en pareja a lo largo del tiempo, hacerlo desde lo que el otro pretende no permitirá que se establezcan los afectos desde lo real. En cualquier momento aparecerán las verdaderas características de cada uno y desbalanceará los pilares ficticios de la relación. Si decides compartir con alguien, procura hacerlo desde tu verdadero yo, y acepta al otro tal cual es para que ambos puedan expresarse de la manera más auténtica posible.
- No al sacrificio: restarse para sumarle al otro lleva muchas veces a cobros retroactivos. Relacionarse en pareja debe ser, en principio, una elección consciente y diaria para que no se creen balances por cobrar o pagar.
- Vive la sexualidad en pareja y dale la importancia que merece: no olvides que, sin importar cuál es la frecuencia, estilo o gustos sexuales de cada pareja, pues no existen normas para ello, la sexualidad compartida con tu pareja es uno de los aspectos que la hace diferente de cualquier otra relación en el mundo. Acepta las distintas etapas de la vida, en las que predominan en mayor o menor nivel la energía sexual, pero no dejes de vivir tu sexualidad. Te recomiendo veas la siguiente película, a través de la cual podrás distinguir distintas formas de vivir la sexualidad, a pesar de las características de las diferentes etapas de la vida. Película: La vida empieza hoy de Laura Mañá
- No compitan tu y tu pareja, por relacionarse como padres o como esposos; ambas relaciones no son excluyentes: los hijos vienen preparados para adaptarse a la dinámica de los padres, no al contrario. Basta con explorar las diferentes culturas para que nos demos cuenta de que cualquier neonato o niño siempre se adaptará a la realidad que le circunda; entonces permíteles que obtengan de la familia, cultura y sociedad lo que les sume para formarse como adultos en el futuro. Mientras tanto, el que sus padres sean una pareja será para ellos un modelo que observarán e internalizarán, y del cual se nutrirán; no les quites esa posibilidad escogiendo ser sobretodo (o exclusivamente) mamá o papá.
- Revisa tus creencias limitantes acerca de la relación de pareja y la sexualidad: si te identificas con ejemplos como: las mujeres deben ser las encargadas del hogar; los hijos son de las madres; los hombres sólo piensan en sexo; los hijos cambian la intimidad de la pareja; los hombres son egoístas por naturaleza; en el embarazo y la menopausia siempre el deseo de la mujer disminuye, entonces es momento de chequear esas creencias a través del coaching sexontológico. Al hacerlas conscientes y modificarlas, al llegar a nuevos acuerdos con tu pareja, puedes lograr los cambios que desees en tu relación y tu sexualidad.
- Cuida las expectativas que tienes acerca del otro y de ti mismo: la palabra expectativa es una suposición acerca del futuro; implica esperar, y esperar lleva implícita la posibilidad de que algo pueda o no ocurrir. Visto así, te recomiendo que comuniques a tu pareja tus necesidades, hagas peticiones efectivas, y expreses tus deseos sexuales y de vida en general. Es importante que aceptes que de parte del otro puede haber como respuesta un si, un no o quizás deban negociar. Quedarte en la expectativa sólo te llevará a vivir desde la carencia y no desde la abundancia que es lo que mereces.
- Sal de tu zona de confort, esa en la que te sientes cómodo, estés feliz o no: explorar nuevas actividades con tu pareja o individualmente; practicar de forma creativa e innovadora la sexualidad; expandir los encuentros sexuales a conductas que no impliquen necesariamente el coito; tener salidas, paseos al aire libre o actividades culturales con frecuencia; darle periódicamente un tiempo especial e importante a la pareja sin hijos, familiares o amigos, son, entre otras, algunas actividades que te llevarán a salir exitosamente de esa zona de confort que pudiera no hacerte feliz.
- Acepta los cambios físicos, psicológicos y emocionales a lo largo de las distintas etapas de la vida y del tiempo. Pelearse con esos cambios y la realidad sólo va a implicar que pierdas el 100% de las veces como lo afirma Byron Katie. Aceptar, en muchos casos, puede implicar el cambio, y lo importante es mantenerse en armonía con lo que deseas y decides vivir, pero sin la necesidad de transformar al otro para acomodarlo a tus propios requerimientos. En vez de ello, hazte responsable y logra los cambios que desees en ti, que es el ámbito en quien verdaderamente tienes injerencia.
- No te traiciones aceptando situaciones que no permitan mantener la paz y armonía dentro de tu ser:si se repiten situaciones que te hacen daño, que te restan energía, o te hacen sentir que no logras ser feliz, busca empoderarte para lograr los cambios que mereces. La relación de pareja es esa relación interpersonal escogida para crecer con la persona que te acompaña, pero no viéndola como la que te dará felicidad. Tu felicidad sólo puedes lograrla por tus propios medios y compartirla con la persona escogida para ser tu pareja. Si lo vives de esta manera, serás dueño de tu presente y podrás tomar las decisiones pertinentes sin dañarte o dañar al otro.
Para finalizar, paradójicamente cito las palabras de Kim Eng y Eckhart Tolle cuando afirman que ellos prefieren ser parte de una no relación. De esta manera según argumentan no están influidos por las expectativas, recuerdos de relaciones pasadas o conceptos culturales y personales de cada uno, para vivir juntos por escogencia consciente, manteniéndose en un continuo presente relacionándose.