Me gusta todo de ti, pero tu no
Aprender a amarse en las diferencias.
Poetas, cantantes y artistas suelen abordar temas como el enamoramiento, el amor, los conflictos de pareja y los despechos. En muchas oportunidades terminamos dedicando poemas, cantando canciones, y exteriorizamos sentimientos y emociones con palabras. Comparto con ustedes la canción escrita por Joan Manuel Serrat: ME GUSTA TODO DE TI, PERO TU NO, en la que nos muestra la paradoja de estar enamorado, amar y a la vez sufrir o no tolerar las diferencias del otro.
Al iniciar una relación en la que esa energía sexual se activa, como no ocurre en ningún otro tipo de relación, comienza lo que llamamos enamoramiento. En esta etapa, las cualidades del otro suelen percibirse sobrevaloradas; las pulsiones o emociones son tan fuertes , que la relación y/o el otro se encuentra envelado por un manto que hace desaparecer lo negativo, resaltando sólo características que se perciben como semejantes o de perfecta complementariedad. Al pasar el tiempo, se manifiesta en experiencias ese bagaje cultural, familiar y personal que traemos de nuestra historia, y sumamos experiencias buenas y no tan buenas a esa relación de pareja, desvelándose ese halo protector y poniéndose a prueba el amor. Es en este punto de la historia en el cual muchas personas se preguntan cómo hacer para no romper el encantamiento del amor, permanecer en la unión de pareja tolerando o respetando y quizás hasta amando esas diferencias.
En mi experiencia como coach sexontológico, observo como en las sesiones de coaching llegan los miembros de la pareja con la necesidad de exponer de forma exhaustiva quejas y lo que consideran defectos o errores del otro. En muchos casos, el ideal de esa conversación radica en el deseo de ver al otro como ellos quisieran que fuera (a veces muy parecidos a ellos mismos), creándose la paradoja de que lo que al principio no se notaba o pasaba desapercibido, es ahora la razón que mantiene el conflicto o el deseo permanente de cambio.
En coaching partimos de la premisa de que en el único ámbito donde realmente tenemos injerencia es el propio, y que muchas veces lo que nos molesta o hace eco en uno de la conducta del otro, contiene algún componente del que aprender.
Las personas que no se aman lo suficiente, normalmente no tienen desarrollada la capacidad de tolerar al otro, pues en muchos casos esas características que juzgan, son una amenaza o avivan alguna emoción que sanar. Aparecen conversaciones internas que hacen que se cree una historia al margen del hecho. En general, no son las características del otro lo que causa el conflicto, sino las expectativas y las reacciones ante esas diferencias. Byron Katie desarrolló el método “El Trabajo (The Work)”, y nos explica el proceso de indagación e identificación de esos pensamientos que causan dolor, a través de la Hoja de trabajo Juzga a tu prójimo.
Te dejo 7 recomendaciones para abordar desde una posición responsable y a la vez respetuosa, esas situaciones de conflicto en las que te cuesta aceptar al otro y mantenerte en armonía en tu relación.
- Recuerda, sólo tienes injerencia en ti mismo, y es en tu ser donde puedes lograr los verdaderos cambios que deseas. Usa al otro como espejo para indagar tus emociones y reacciones, aprender de ellas. Lo que te molesta del otro es en muchos casos, una proyección y también una oportunidad para crecer y avanzar.
- Reconoce las diferencias, pero desde la aceptación y el respeto, sin tener como objetivo cambiar al otro en su esencia. Esto hace posible que el encuentro amoroso se mantenga y se viva en libertad.
- Hazte responsable. Colocar el peso del conflicto y del cambio en el otro te sitúa en una posición de debilidad. Obsérvate, gerencia tus emociones y toma decisiones acerca de ti mismo. Cúmplelas y disminuye al máximo posible las expectativas hacia el otro. Empodérate.
- Aprende a elaborar peticiones efectivas que te permitan iniciar la comunicación y la negociación entre las partes. Toda petición como acto lingüístico tendrá como respuesta alguna de estas alternativas: si, no o una negociación.
- Desarrolla habilidades de comunicación. Mejora la escucha. Procura ser coherente e impecable entre la palabra y lo que sientes o deseas expresar.
- Escoge un solo tema para discutir. Hablar de múltiples hechos a la vez solo lleva a la confusión. Es importante escoger un momento y lugar adecuado para la conversación. Lo ideal es llegar a acuerdos, y por supuesto cumplirlos.
- Aprende a perdonarte, perdonar y pedir perdón. Si te haces responsable de tus acciones y reacciones, podrás llegar a agradecer al otro la enseñanza que te ha dejado, y avanzarás aún más en el camino de crear la vida y la sexualidad que deseas.