Cuando el amor no es suficiente y no lo puede todo

¿Qué es amor?
El amor es uno de los sentimientos esenciales que experimentamos como seres humanos. Amar y ser amados a cambio, representa una promesa brillante que supera nuestras expectativas. A su vez la búsqueda del amor romántico nos ha determinado durante siglos, convirtiéndose en una idea socialmente promovida y aceptable. Tangencialmente con estas ideas, se asienta culturalmente la aceptación de la familia nuclear y la pareja monógama como bases de una sociedad.
A lo largo de los tiempos esto no ha cambiado mucho, en parte porque no sentimos la búsqueda y escogencia de una pareja como una exigencia; independientemente de nuestro género o identidad sexual las relaciones de pareja suelen ser parte del plan de vida.
¿Entonces, realmente queremos amar y nos gusta sentirnos amados?
La respuesta invariablemente es sí. Y cuando lo conseguimos, creemos fervientemente en que el amor podrá con todos los obstáculos que se presenten en el camino; casi como si fuera una fuerza mágica y milagrosa que nada ni nadie podrá vencer. Sin embargo, la noción ya caduca de que una “media naranja” nos completará, es mucho menos bonita y más engañosa de lo que parece.

¿A qué nos conduce amar y ser amados?
Cuando amamos a alguien y decidimos formar una relación, enseguida queremos permanencia y estabilidad. Esos conceptos los asociamos con fidelidad, apoyo, felicidad y bienestar, porque se traducen en el comienzo de una vida compartida con miras hacia el futuro. La pareja es una inversión de la cual se esperan cumplimientos de promesas y resultados comprobables en el tiempo. Además, según la necesidad social de formar una familia, buscamos una pareja que nos complemente para finalmente ser felices. Esta creencia ha sido alimentada y fortalecida como una verdad absoluta. No obstante, ¿es realmente una pareja el medio que nos conducirá a la felicidad? Y aún si damos como cierta esa afirmación, ¿qué nos hace pensar que solo el amor basta para mantener esa felicidad?
El trabajo es en equipo en una relación.
Por muy grande que sea el amor en una relación de pareja, esta manifestación del amor no debe ser inerte. Pregúntate en cuántas oportunidades has tomado acciones de verdadero cambio junto a tu pareja para trabajar en la relación, o si por el contrario confían en que el amor sanará de inmediato todos los problemas que se presenten. Las reconciliaciones cariñosas necesitan actitudes y disposiciones comprometidas con el futuro.
El amor no es suficiente cuando no hay otros valores y habilidades que lo acompañan.
Una pareja no podrá sola con el compromiso y la convivencia que trae consigo sus sentimientos mutuos y correspondidos, si no trabajan a diario para llegar a acuerdos comunes y aprender a estimar las particularidades que los definen. Una vez superada la natural etapa de idealización en una relación, que en sexontologico llamamos Enamoramiento, comienza el verdadero trabajo de amor inteligente y responsable. Solo entonces una pareja alcanzará nuevas etapas para mantenerse y seguidamente consolidarse. Las dos últimas etapas, Mantenimiento y Consolidación, se comportan como una ligera montaña rusa en la que hay que aprender a adaptarse, disfrutar y modificarse.
Artículo relacionado: Etapas de las relaciones de pareja, una visión sexontológica del amor.
El amor que todo lo puede es una quimera.
Ahora bien, comprender que el amor no siempre es idóneo y que su poder no es ilimitado, no significa dejar de creer en el amor. Tampoco desestimaremos su increíble capacidad para transformar nuestras vidas, porque el amor nos concede la oportunidad de vivir algunas de las experiencias más grandes de nuestra existencia.
¿Y cuál es entonces la importancia que posee el amor?
Precisamente gracias a la fuerza que tiene el amor es que debemos participar activamente en su fortalecimiento a través de las herramientas humanas que poseemos: palabras, acciones y pensamientos al servicio de propósitos claros. En ese sentido la pareja se concibe como un equipo que resuelve conflictos y malentendidos, no negando los problemas que se presentan. Lo adecuado es que la pareja sea consciente de una situación adversa cuando esta aparece y decida trabajar en ella, creyendo en la importancia de lo que ambos han consolidado dentro de la relación.
No es una tarea fácil, pero la disposición a intentarlo ya es un gran paso para lograrlo. El psiquiatra Aaron T. Beck en su libro Con el amor no basta expone sus reflexiones y ofrece herramientas para que las parejas resuelvan sus conflictos y superen los malentendidos. El autor advierte que las parejas se enfrentan a estadísticas según las cuales cada vez crecen las tasas de divorcio por encima del 40%. Por lo tanto, el temor a que la relación se acabe se convierte en una amenaza que pesa sobre la pareja. Lo que Beck pretende recordarle a las parejas es que el amor no aporta todas las habilidades o cualidades imprescindibles para sustentar la relación y garantizar su desarrollo positivo.
¿Qué debe hacer una pareja para mantenerse y consolidarse?
- La pareja obligatoriamente necesita aprender a cooperar con acciones solidarias. Para lograrlo se requiere compromiso y virtudes como lealtad, generosidad, confianza y responsabilidad.
- La relación nunca será impoluta o perfecta y por ello ambos miembros deben descubrir momentos para adaptarse a situaciones de cambio, reconocer errores y perdonar faltas para seguir adelante.
- Es imprescindible tomar consciencia de los problemas, aunque también conlleva reflexionar sobre el origen de los mismos. Los pequeños conflictos que se postergan reaparecerán con nuevas investiduras, mucho más notorias e ineludibles.
- Estar en pareja implica practicar la tolerancia con las particularidades del otro y cultivar a diario esas virtudes que abogan por la sana convivencia.
¿Qué papel juegan las expectativas en cuanto al otro y hacia la relación?
El compromiso en una relación duradera genera expectativas en relación al otro. Por esa razón Beck resalta que gestos simbólicos o rituales como los votos matrimoniales son tan vitales como los actos diarios que reafirman ese compromiso.
El amor entonces deja de ser suficiente cuando la pareja pierde la confianza, se malogra la comunicación y en retrospectiva contempla la relación como una cadena de errores lamentables.
Pia Battaglia
Es ahí cuando aparece entonces el miedo al fracaso que representa la ruptura. En ese caso el amor no solo deja de ser suficiente, sino que además se duda de si realmente tuvo el valor que se le dio inicialmente. De cualquier manera, es parte del trabajo de una relación no dejar que la duda te haga perder la oportunidad de enmendar lo que se ha descompuesto.
¿Qué puede hacer la pareja para no llegar a la ruptura amorosa?
Para no llegar a este punto en que la duda presenta el veredicto más convincente de lo que fue una relación, la pareja debe desarrollar constantemente nuevas habilidades para afrontar y superar sus conflictos, apuntando conscientemente los orígenes del conflicto (un cambio, una promesa incumplida o una decepción). La buena comunicación podrá reparar las fracturas, siempre y cuando haya una voluntad compartida de querer continuar el trabajo en equipo de la relación. Pero hay que tomar como aprendizaje esa experiencia porque sino se repetirán los conflictos o aparecerán nuevos cada vez más agudos, lo cual lleva en muchísimos casos a la separación (con o sin divorcio).

Las relaciones de pareja tienen fecha de vencimiento pero el amor propio no.
Aunque históricamente la ruptura es considerada un fracaso, en la actualidad se considera que el final en una relación puede también ser interpretado como la oportunidad para crecer y avanzar.
Si te das el justo valor como individuo, podrás transitar la aventura de tu vida con propósito y siendo coherente en todo tu ser, con o sin pareja.
Pia Battaglia
Es en ese sentido, que el amor a ti mismo sí que todo lo puede, pues te obliga a que te respetes y mantengas alineado, despierto y consciente de tu propio crecimiento personal. Eso nos convierte en los seres que decidimos cada día si estar o no en pareja, ya no desde “el amor todo lo puede” sino desde el “yo me mantengo presente y responsable”.