Clítoris: la llave del placer.

En un sentido histórico, el cuerpo de la mujer ha sido sometido como objeto de escrutinio o contemplación en respuesta a la gratificación de deseos masculinos heterosexuales que han definido gran parte de la cultura. En la misma medida en que el cuerpo femenino ha despertado intereses y fantasías dentro de nuestra cultura, la sexualidad femenina ha generado en cambio inquietudes y miedos. Desde el arte hasta las ciencias sociales, e incluso tomando en cuenta las preocupaciones inherentes a la genética y la biología, la sexualidad femenina ha sido tratada como un sujeto en relación a una visión androcéntrica del mundo. Ha sido más conveniente desnudar el cuerpo de una mujer, que preocuparse abiertamente sobre los deseos sexuales de la naturaleza femenina. E incluso en ese acto de desnudar el cuerpo femenino la cultura tardó en aceptar y comprender los mecanismos necesarios para garantizar su placer erótico y defenderlo en términos de igualdad.
Hoy parece sencillo confiar en que aceptamos los deseos de hombres y mujeres por igual. Se da por sentado que existe un entendimiento equitativo de la intimidad en función del placer que ambos géneros obtienen en el ejercicio de su sexualidad. Sin embargo, sigue siendo muy reciente esta comprobación de libertad e igualdad para hombres y mujeres en relación a su sexualidad. Durante muchos años el estudio sobre la sexualidad se enfocaba principalmente en comprender y asegurar la reproducción de la especie, y al mismo tiempo no descuidaba la satisfacción del cuerpo masculino. Ahora es más común que la sexualidad femenina sea un tema de conversación. Aun así, la sexualidad como “campo epistemológico” no ha sido reclamado suficientemente por la ciencia, porque ha costado desprenderla de los tabús y prejuicios culturales que la definieron durante siglos. Es un asunto que le atañe principalmente a la biología, pero ha sido capitalizado por los paradigmas culturales. Si a eso le añadimos que la concentración sobre estos temas permitió que la sexualidad femenina pasara desapercibida por mucho tiempo, no es de extrañar que hablar sobre el clítoris siga siendo un tema novedoso y todavía extraño o incómodo para muchos hombres y mujeres.
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El clítoris siempre ha estado allí dentro del cuerpo de las mujeres, pero la preocupación y el interés por aprender sobre ello es medianamente reciente. Comparado con el pene, el clítoris no es un órgano visible y expuesto pero su contribución al placer sexual es vital para que las mujeres disfruten plenamente sus relaciones. Entretanto, al otro extremo del mundo, hay civilizaciones en la actualidad donde lamentablemente es permisivo la ablación del clítoris, porque se considera que es impuro para una mujer sentir placer. Esta extirpación real del clítoris en algunas culturas también se traslada en lo puramente simbólico. Ignorar el clítoris se traduce en negar la sexualidad femenina. Mientras hayan hombres que no se preocupen en encontrar el clítoris y mujeres temerosas de manipularlo, este curioso órgano del aparato genital femenino se mantendrá como un enigma cuya función y naturaleza sigue sorprendiendo. Todo esto responde a uno de los principales errores de la civilización en relación a la concepción de la sexualidad: considerar el placer como una reacción negativa.
Ilustración por: the.vulva.gallery
El hombre consigue satisfacerse al mismo tiempo que cumple su función reproductiva. Lo mismo no ocurre en el caso de las mujeres, quienes pueden cumplir esa función y no haber sentido un orgasmo en el proceso. El clítoris cumple la función absoluta de darle placer a las mujeres a través de la estimulación y la consecución de orgasmos, y esa es la razón por la cual algunos pensamientos regidos por la religión han considerado temible su mera concepción. El clítoris es un símbolo de la sexualidad libre y plena. El clítoris es la prueba de que el sexo es también un instrumento de placer. Precisamente, como cultura nos ha costado aceptar el sexo más allá de la reproducción y perderle el miedo a ese placer.
Incluso la etimología de la palabra misma nos da una clave sustancial: clítoris viene del griego kleitoris cuya traducción aproximada se corresponde con la palabra “llave”. En casi todos los idiomas la palabra “clítoris” conserva su raíz griega. Se trata de una comparación perfecta: el clítoris es una llave que permite la entrada del placer dentro del cuerpo femenino. Aunque no nos guste admitirlo, todavía hay muchos hombres (y mujeres) que desconocen la ubicación de este órgano maravilloso, no saben como luce anatómicamente y mucho menos han aprendido como manipularlo apropiadamente. Debemos reeducarnos sexualmente para centrar nuestra atención en las relaciones sexuales, en la búsqueda de una plenitud compartida y para ello hace falta comprender la naturaleza del clítoris.
Por lo tanto compartiremos aquí algunos datos de interés sobre el clítoris:
—Estudios han revelado que solo un 30% de las mujeres consigue un orgasmo vaginal a través de la penetración. Si bien el orgasmo vaginal no se subestima, el placer que una mujer obtiene con el orgasmo producido por el clítoris es más satisfactorio. En ese sentido, la penetración no es suficiente para complacer a una mujer. Hay que concentrar esfuerzos en la estimulación directa del clítoris para conseguir el correspondiente orgasmo. Es un trabajo que puedes hacer tú misma a través de la masturbación o con la participación de tu pareja, quien debe enfocarse de una manera particular en el clítoris durante el sexo una vez que lo haya localizado.
—El tamaño del clítoris es mayor de lo que aparenta. Apenas una cuarta parte del mismo es visible (la cabeza y el capuchón), mientras el resto está dentro de la vagina (pilares, tejido eréctil, glándulas y bulbos vestibulares). El clítoris posee más de ocho mil terminaciones nerviosas (el doble comparado con el pene) con unas medidas promedio que oscilan entre 8 y 12 centímetros de largo con 6 centímetros de ancho. Sin embargo, el tamaño y la apariencia varía según la mujer. He ahí la importancia de explorar el clítoris para conocerlo mejor y apreciar sus características particulares.
—Se parece y se comporta igual que el pene. El clítoris se erecta cuando es excitado solo que no es tan visible, a diferencia del pene. No obstante, el único propósito del clítoris es el placer sexual a diferencia de algunos puntos de placer que poseen otras funciones.
—Cada clítoris es diferente. Hay clítoris pequeños o grandes, mientras algunos permanecen más escondidos que otros. Algunos clítoris incrementan su tamaño cuando una mujer se excita, pero otros son muy sensibles y necesitan mucha presión. Cuando una mujer conoce su propio cuerpo hallará mejor la forma de recibir placer y orientar a sus parejas para que consigan dárselo.
—El clítoris es un órgano que no envejece ni se deteriora con el paso del tiempo. Después de que la mujer ha alcanzado su desarrollo, la sensibilidad del clítoris se mantiene en el tiempo. De esta forma las mujeres poseen la misma capacidad de alcanzar un orgasmo a los 30 o a los 90, por ejemplo.
—El cerebro juega un rol fundamental para la estimulación del clítoris, considerando que se produce gracias a nervios de seis tejidos diferentes. El orgasmo se produce cuando los impulsos nerviosos del clítoris llegan al cerebro. Hay que tener en cuenta que estas vías son diferentes en cada mujer, e incluso cambian después de las etapas de embarazo, lactancia o menopausia. La corteza cerebral es responsable cuando se dificulta el orgasmo, pero a medida que es más próximo el clímax entonces el clítoris recoge información sensorial proveniente de la corteza cerebral, el hipotálamo y el sistema nervioso periférico.
Uno de los grandes temas de discusión asociados al clítoris se relacionan con la terrible práctica de la ablación que se practica en algunos países. En algunos casos no solo se extirpa el clítoris, sino que también se cose la vulva con el objetivo de que las mujeres no sientan placer durante el sexo. Esto es válido en dichos lugares por un asunto de religión. Se trata de una práctica inadmisible y por lo tanto nuestras luchas por los derechos humanos no deben cesar mientras este tipo de cosas sigan ocurriendo. Situaciones como esta nos hacen reflexionar sobre la manera en que la sexualidad femenina ha sido sometida y condenada al ostracismo.
Hay mucho material que suena polémico en relación al clítoris, pero a ciencia cierta aun sigue siendo un enigma por el simple hecho de que se niega el estudio y la exploración que este órgano tan importante merece. Es muy reciente las investigaciones que se han hecho para conocer su verdadera anatomía. Las discusiones continúan y no es un asunto que le corresponda exclusivamente a las mujeres, porque merecemos relaciones donde todos nos sintamos bien en el ejercicio y disfrute de nuestra sexualidad. Esto solo será posible si ambas partes de una relación trabajan en función de obtener un mismo grado de entrega y placer.
La llave del placer femenino está allí a la espera de un tacto correcto y dependiendo del uso que hagamos de ella contribuiremos a tener una vida sexual justa. Como mujeres no lograremos explorar al máximo nuestro potencial sexual si no atravesamos ese umbral. Como hombres no seremos capaces de satisfacer a nuestras parejas si no abrimos esa puerta. El sexo no solo es importante para la reproducción de la especie, sino también como un medio para la conexión humana. El placer sexual es tan indispensable como divertido para que la sexualidad tenga un efecto positivo en nuestras vidas. El tema del clítoris se mantiene fresco y necesario en materia de sexualidad. Tenemos la obligación de hablar sobre el clítoris tanto como sea posible, porque eso significa que estamos contribuyendo a la concepción de una sexualidad libre, abierta, auténtica y enfocada en la satisfacción responsable de deseos individuales o compartidos. Sigamos la discusión sobre ese órgano peculiar sin ningún asomo de vergüenza.